miércoles, 30 de septiembre de 2009

Argentina


Argentina (república) (nombre oficial República Argentina), república federal situada en el Cono Sur de Sudamérica, limita al norte con Bolivia, Paraguay y Brasil; al este con Brasil, Uruguay y el océano Atlántico; al sur con Chile y el océano Atlántico, y al oeste con Chile. El país ocupa la mayor parte de la porción meridional del continente sudamericano y tiene una forma aproximadamente triangular, con la base en el norte y el vértice en cabo Vírgenes, el punto suroriental más extremo del continente sudamericano. De norte a sur, Argentina tiene una longitud aproximada de 3.300 km, con una anchura máxima de unos 1.385 kilómetros.
Argentina engloba parte del territorio de Tierra del Fuego, que comprende la mitad oriental de la Isla Grande y una serie de islas adyacentes situadas al este, entre ellas la isla de los Estados. El país tiene una superficie de 2.780.400 km² contando las islas Malvinas, otras islas dispersas por el Atlántico sur y una parte de la Antártida. La costa argentina tiene 4.989 km de longitud. La capital y mayor ciudad es Buenos Aires (capital federal), con una población de 3.018.102 habitantes en 2005. Si a ella le sumamos el área metropolitana, la población ese mismo año era de 13.047.115 habitantes.

TERRITORIO Y RECURSOS


Argentina abarca un territorio muy diversificado de montañas, mesetas y llanuras. Los límites occidentales del país corren en gran parte por los Andes, el gran sistema montañoso del continente sudamericano que, en numerosos tramos, establece frontera con Chile. Los Andes patagónicos, que forman una frontera natural entre ambos países, forman el sector más bajo de la cadena. Desde el norte de esta sección hasta la frontera con Bolivia, la parte occidental de Argentina está ocupada por la cordillera Principal andina, con una serie de picos de altura superior a los 6.400 m. El mayor de todos, el Aconcagua (6.960 m), es el más alto del mundo fuera del sistema del Himalaya. Otros picos dignos de mención son el nevado Ojos del Salado (6.880 m), el Tupungato (6.800 m) y el Mercedario (6.770 m). Al este de los Andes se encuentran varios grupos montañosos, como la cordillera Oriental y las sierras Subandinas al norte, las sierras Pampeanas al norte y centro desde el Aconquija hasta las sierras de Córdoba y San Luis, y sistemas serranos bonaerenses como el de Tandilia y el de Ventania. Merecen especial atención las sierras de Córdoba, en el centro del país; su pico más alto es el Champaquí (2.880 m).
Partiendo del sistema andino, hacia el este, el territorio de Argentina está formado casi en su totalidad por una llanura plana o con suaves ondulaciones que desciende gradualmente desde los 610 m hasta el nivel del mar. En el norte, las llanuras argentinas ocupan la parte meridional de la región sudamericana denominada el Chaco. La Pampa, vasta llanura sin zonas arbóreas autóctonas (salvo los bosquecillos del anillo periférico), aunque forestada por el hombre, engloba las regiones agrícolas más productivas del país y se extiende unos 1.600 km hacia el sur desde el Chaco. La Patagonia, al sur de la Pampa, está formada por mesetas escalonadas, valles fluviales bajos, sierras y cañadones con vegetación esteparia y población dispersa.


RIOS Y LAGO


Los principales ríos de Argentina son el Paraná, que atraviesa la región centro-septentrional del país; el Uruguay, que forma una parte de la frontera con el país homónimo; el Paraguay, principal afluente del Paraná, y el Río de la Plata, formado por la confluencia del Paraná con el Uruguay. El sistema Paraná-Uruguay es navegable a lo largo de unos 3.200 kilómetros. Las cataratas del Iguazú, uno de los más afamados puntos turísticos, se encuentran en el río homónimo, el Iguazú, tributario del Paraná.
Otros ríos importantes son: el río Negro, con sus afluentes el Limay y el Neuquén; el río Santa Cruz; el río Colorado; los ríos del oeste cuyano (Mendoza, Tunuyán, Atuel, Diamante y San Juan) y, al norte, los ríos Pilcomayo, Bermejo, Dulce y Salado. Entre el Salado y el Colorado, por el sur, y la región del Chaco, por el norte, grandes ríos desembocan en salitrales y pantanos, o desaparecen por infiltración. Argentina tiene, además, numerosos lagos, especialmente en las estribaciones de los Andes patagónicos, como el lago Argentino y el lago Viedma.


CLIMA


En la mayor parte de Argentina prevalece el clima templado, salvo una pequeña zona tropical en el Noreste, la región subtropical del Chaco en el norte y las zonas frías del oeste andino y el sur patagónico. En los alrededores de Buenos Aires la temperatura anual alcanza un promedio de 16,1 °C. Las temperaturas de enero y julio en esta región tienen un promedio de 23,3 °C y 10 °C, respectivamente. En San Miguel de Tucumán, la temperatura media de enero es de 26,1 °C y la de julio de 13,3 °C. En las cercanías del trópico de Capricornio, al norte, las temperaturas son considerablemente superiores, alcanzándose en ocasiones máximas de hasta 45 °C. Por lo general, el clima es frío en las partes más altas de los Andes, en la Patagonia y en Tierra del Fuego. En la parte oriental de la Patagonia, las temperaturas invernales alcanzan un promedio de 0 °C. No obstante, en la mayoría de las zonas costeras el mar ejerce una influencia moderadora sobre las temperaturas.
Las precipitaciones en forma de lluvia se caracterizan por las amplias variaciones regionales. En el extremo noreste se registran más de 1.520 mm, aunque las condiciones se van haciendo gradualmente semiáridas hacia el sur y el oeste. En las cercanías de Buenos Aires, las precipitaciones anuales alcanzan unos 950 mm. En San Miguel de Tucumán llegan aproximadamente a los 970 mm; en cambio, al sur del río Colorado, y por influencia de los vientos del oeste, las precipitaciones varían bruscamente de los 4.000 o 3.000 mm en el este de los Andes patagónicos, a los 300 y 200 mm de las mesetas patagónicas.


RECURSOS NATURALES


La riqueza tradicional de la Argentina reside en los suelos de la Pampa húmeda y de los valles y oasis en el oeste. Además, posee recursos energéticos significativos: hidrocarburos, gas, uranio y recursos hidráulicos. También son importantes los recursos oceánicos, mineros y forestales.


FLORA Y FAUNA


La vegetación natural de Argentina varía enormemente en función de los diferentes climas y regiones topográficas del país. En la cálida y húmeda región del Noreste abunda la vegetación tropical, con árboles como la palmera, el palo de rosa, el palosanto, la jacarandá, el quebracho colorado y el ceibo. En la Pampa, las hierbas son la principal variedad de flora autóctona; en esta región y en la mayor parte de la Patagonia prácticamente no existen árboles, a excepción de variedades importadas resistentes a la sequía, como el eucalipto, el sicomoro, el álamo y la acacia. En los Andes patagónicos existen densos bosques de Nothofagus (coihués, lengas, ñires), coníferas (alerces, araucarias y cipreses) y otros árboles como los arrayanes, maitenes, lapachos y radales. En las estribaciones andinas de la Patagonia y en algunas zonas de Tierra del Fuego existen también densos bosques de coníferas, en especial de abetos, cipreses, pinos y cedros, y bosques de arrayanes (véase Parque nacional Los Arrayanes). Los cactus (Cactáceas) y otras plantas espinosas predominan en las áridas regiones andinas del noroeste.
En el norte, la fauna es de lo más diversa y abundante. Entre los mamíferos de estas zonas pueden destacarse el mono (varias especies), el jaguar, el puma, el felino americano conocido como león breñero, el ocelote, la corzuela parda (véase Venado matacán), el oso hormiguero, el oso melero, el tapir, el tapetí, el pecarí, el coipú y el zorrino (véase Mofeta). Entre las aves autóctonas se cuentan el flamenco, la cariama y el pirincho, y varias especies de colibrí y loro. De la Pampa son originarios el armadillo, el zorro, la marta, la liebre (véase Mara), el ciervo, el ñandú o avestruz americano, el águila, el halcón, la garza y el chorlito. Las frías regiones andinas son el hábitat de la llama, el guanaco, la vicuña, la alpaca y el cóndor. Los peces abundan en las costas, lagos y cursos fluviales.


SUELOS


Los suelos de Argentina varían enormemente en cuanto a fertilidad y viabilidad para la agricultura. El agua escasea en muchas regiones a excepción del Noreste y de la Pampa húmeda. La Pampa, cuyo suelo está constituido fundamentalmente por humus (con arena fina, arcilla y cieno o lodo), totalmente libre de rocas y cantos rodados, es ideal para el cultivo de cereales; por el contrario, el suelo guijarroso de la mayor parte de la Patagonia no es apto para la agricultura y los pastizales naturales de la región se aprovechan sobre todo como forraje para el ganado ovino. La mayor parte de la región al norte de los Andes es inadecuada para los cultivos, aunque, en algunos valles crezcan frutales, hortalizas y tabaco. En la región del Chaco se cree que su suelo, inusualmente salino, es el responsable de la abundancia del quebracho, un árbol rico en tanino; también hay en esta región muchos campos de algodón.


TEMAS MEDIOMBIENTALES


Argentina es uno de los países con menor densidad de población del mundo, la mayor parte de la cual vive en zonas urbanas y casi el 40% en el área metropolitana de Buenos Aires, donde el denso tráfico provoca una elevada contaminación atmosférica. Genera la mayor parte de su energía mediante centrales hidroeléctricas y de combustibles fósiles. No obstante, cuenta con tres centrales nucleares y con un programa nuclear relativamente independiente y avanzado. El gobierno argentino ha aceptado las normas del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA). Argentina cuenta con una política de protección del suelo bastante compleja. Existen 190 lugares protegidos, que ocupan el 4,4% de la superficie de este país. Estos lugares dependen de la administración federal, provincial y municipal; además, unos cuantos territorios están en manos privadas, ya que se encargan de su gestión algunas universidades e individuos. Tan sólo el 2,1% (2004) de la tierra recibe una protección significativa y sólo aproximadamente la mitad de los ecosistemas identificados en Argentina se encuentran representados en el sistema de protección de suelos. Las principales amenazas ecológicas en el norte son la caza y la pesca furtivas, así como la industria maderera, mientras que en el sur son el turismo y el pastoreo excesivo en casi todo el territorio. Forma parte del Convenio sobre el Patrimonio de la Humanidad y del Convenio de Ramsar sobre humedales; además, el programa El Hombre y la Biosfera de la UNESCO ha establecido cinco reservas de la biosfera en territorio argentino. Recientemente, el Instituto para la Conservación de la Naturaleza de Estados Unidos ha utilizado el programa estadounidense Deudas para la Naturaleza para preservar el hábitat en la zona andina de la Patagonia.


DEMOGRAFÍA


Aproximadamente el 85% de la población es descendiente de europeos. A diferencia de la mayoría de los países latinoamericanos, Argentina cuenta con escasa población mestiza. Oficialmente, el país sigue promoviendo la inmigración europea. Entre 1850 y 1940 llegaron a Argentina unos 6.608.700 europeos, predominantemente de origen español e italiano, con importantes cifras de franceses, británicos, alemanes, rusos, polacos, sirios y de otros países sudamericanos. Más de una tercera parte de la población vive en Buenos Aires y en sus alrededores. El 85% de la población reside en áreas urbanas.En 2007 la población estimada de Argentina era de 40.301.927 habitantes, con una densidad de 15 hab/km² aproximadamente.



PRINCIPALES CIUDADES



Las ciudades más importantes, además de la mencionada Buenos Aires, son: Córdoba (con una población según el censo de 2001, de 1.368.109 habitantes), importante centro fabril y ciudad universitaria; el puerto fluvial de Rosario (908.163 habitantes); La Plata (520.647 habitantes), la capital de la provincia de Buenos Aires; San Miguel de Tucumán (527.150 habitantes), un diversificado centro industrial; Mar del Plata (519.707 habitantes), el principal centro de turismo veraniego; Salta (462.051 habitantes), famosa por su arquitectura colonial; y Mendoza (110.993 habitantes), eje de una importante región frutícola, vitivinícola y petrolera.


TERRITORIO ARGENTINO


Una visión del funcionamiento, morfología y jerarquía del sistema de ciudades, de la localización de actividades y de la población, del trazado de las redes de infraestructura, de los movimientos y flujos en el espacio y del uso de los recursos naturales muestran una estructura espacial con escasa o débil articulación entre las partes y, en consecuencia, entre las regiones, pero con una fuerte dependencia de Buenos Aires y su área metropolitana.
Todo esto es el resultado de una ocupación espontánea del espacio, el cual muestra el impacto sucesivo de las diferentes etapas de la economía argentina y de las decisiones políticas. Este esquema de organización territorial se denomina “modelo tendencial”, ya que refleja las tendencias socioeconómicas, políticas y geográficas en una larga relación tiempo-espacio. Hacia finales de la década de 1980, distintos procesos rompieron con muchas tendencias históricas e hicieron surgir otras.
Este modelo encontró bases muy sólidas en la valoración de la posición geográfica mundial de Argentina, de “aislamiento geográfico”, que la llevó a ser considerada un “país isla” —como la definió el almirante Storni— y, en consecuencia, a modificar su organización espacial en función del puerto. El concepto de la “Argentina insular” comienza a cobrar fuerza con la economía agro-portuaria y con los inicios de la industrialización (sustitución de importaciones).
Así, Argentina se estructuró sobre los puertos, con amplio predominio del de Buenos Aires. La cohesión interior, la centralización de la baja cuenca del Plata, el “desprendimiento” fronterizo y las condiciones de sequedad que imperan en gran parte del territorio, contribuyeron a consolidar la “Argentina insular” y a organizar su espacio interno en función de dicho sistema, dando lugar al “país abanico” definido por el filósofo argentino Mario Bunge.
Este esquema tendencial llevó a la valoración de la región pampeana, a la cual se le confirió el rol de región nuclear del país. Por otro lado, el modelo se extendió a los espacios significativos de las otras regiones, coincidiendo la mayoría de las veces con los núcleos geohistóricos y con la producción de bienes complementarios de la Pampa húmeda. Mientras tanto, con el paso del tiempo, fue tomando cuerpo el lugar de mayor capitalidad del territorio argentino, concentrando la población, las actividades, los servicios y, por ende, el poder. El área metropolitana de Buenos Aires y, más tarde, el eje urbano industrial San Lorenzo-Rosario-La Plata se impusieron así por su privilegiada posición geográfica, determinando la configuración y funcionamiento del espacio nacional.
En este escenario, la posición de las regiones y de sus sistemas urbanos resultaba periférico, más aún por el escaso contacto entre ellas y los países colindantes. Este proceso se vio reforzado por la presencia de conflictos, lo que llevó a consolidar el “desprendimiento fronterizo”, sobre todo con Chile y Brasil. En la actualidad, se ha dado por agotado dicho modelo y Argentina ha encontrado otras dos vertientes hasta ahora no valoradas: su posición céntrica en el Cono Sur (posición subcontinental) y su posición aguas abajo de la cuenca del Plata (posición regional). Esto lleva al país a ocupar una nueva posición en el mundo, dentro de un ámbito de integración regional: Mercosur, que ha de volver a poner en movimiento sus sistemas de relaciones.
La integración de Argentina en el espacio comunitario del Mercosur implica complementar la concepción insular del país con la peninsular; esto encierra una proyección marítima y otra proyección continental, que conlleva la estructuración de un nuevo sistema de relaciones con el espacio exterior e interior. Esta situación modificará, sin duda, la función de las diferentes regiones y conducirá a su reconversión productiva por haber variado su posición con respecto a los mercados y la accesibilidad general. El concebir a Argentina en este escenario de futuro implica potenciar cuatro aspectos sobresalientes: la complementación e integración territorial interna y con otros países de la región, y la accesibilidad de ciudades y regiones hacia el Atlántico y Pacífico, modificando su posición actual.
Todos estos cambios conllevan el establecimiento de un nuevo sistema de relaciones, lo que supondrá, en principio, una reestructuración estratégica de las redes de transporte, comunicaciones, flujos y energía, así como la valoración de los grandes espacios constitutivos del territorio nacional que se extiendan más allá de las fronteras, pero que han de encontrar su articulación y unidad. Las fronteras, que antes separaban espacios llamados a funcionar en común, serán ahora franjas de dinamismo e integración.
Los espacios noroccidental, nororiental, patagónico austral, pampeano y metropolitano han de conjugar los grandes ámbitos geográficos para un desarrollo más equilibrado en lo interno y más proclive a la proyección e integración en lo externo. La correcta percepción de esta realidad geográfica llevará a valorizar, dentro de los espacios mencionados, los sistemas regionales individualizados; éstos, a su vez, se encontrarán con mejores posibilidades y capacidades para desarrollar sus potencialidades, complementarse e integrarse con las regiones de los países vecinos y articularse entre sí.
La reestructuración del territorio, impulsada por el proceso de integración regional, es una nueva oportunidad, un hito más, un umbral de mayor complejidad en la organización territorial; también habrá desigualdades. Problemas y nuevas oportunidades son una dicotomía permanente en la vida de los pueblos y ese devenir se refleja en la organización del territorio. El nuevo modelo que se vislumbra no elimina el anterior: lo complementa y lo supera. Los hechos históricos son acumulativos espacialmente.
Así como en la anatomía territorial los espacios y regiones se reubican y se reconvierten, en la fisiología territorial el sistema urbano y las redes se modifican en sus funciones. Las transformaciones globales del mundo actual —desde la economía integrada hasta el cambio tecno-productivo y la revolución en los transportes y las comunicaciones— han de impulsar el proceso señalado. En esto consiste la nueva lógica territorial.


LENGUAS OFICIALES


El castellano es el idioma oficial y lo habla la mayoría de los argentinos. En algunos lugares siguen en uso varias lenguas indígenas.


RELIGIÓN


Más del 92% de la población es católica. Se practican también el judaísmo, el protestantismo y otras religiones cristianas y no cristianas, aunque muchas sectas y confesiones están prohibidas por ser “lesivas al orden público”. Hasta la reforma constitucional de 1994, era requisito indispensable que el presidente y el vicepresidente fueran católicos.



EDUCACIÓN Y CULTURA


Argentina es un país con un rico legado cultural español, fuertemente influido desde el siglo XIX por la inmigración europea, fundamentalmente por la italiana. Se mantiene un vivo interés por la historia del país, simbolizada especialmente en el cultivo de sus tradiciones. En el ámbito artístico, la influencia más importante ha sido la europea, especialmente la de Francia. Sólo en el arte popular se ha registrado una importante influencia de las culturas indígenas.
La educación primaria es gratuita y obligatoria entre los 5 y los 14 años. En 2000, 4.898.224 alumnos asistieron a las escuelas primarias y 3.832.258 a las de secundaria y de formación profesional. La tasa de escolarización en enseñanzas superior es del 60% y la de alfabetización del 97,2%, una de las más altas de América Latina.
Argentina tiene 24 universidades nacionales, y varias provinciales y privadas. La principal institución es la Universidad Nacional de Buenos Aires (1821). Entre las más importantes merecen mencionarse la Universidad Católica Argentina (1958), la Universidad del Salvador (1958), la Universidad de Belgrano, la Universidad Tecnológica Nacional (1959) y la Universidad Nacional de Córdoba (1613), además de las situadas en Bahía Blanca (1956), La Plata (1905), Mendoza (1939), San Miguel de Tucumán (1914) y Rosario (1968). Véase Educación en Argentina.


ECONOMÍA


La economía argentina se basa tradicionalmente en la producción agrícola y ganadera, aunque los sectores industrial, minero, pesquero y de servicios han registrado un marcado crecimiento en las últimas décadas. Es una de las principales naciones productoras de carne, cereales y aceite del mundo. En la actividad fabril, las principales empresas son las productoras de alimentos y bebidas, las metalúrgicas, automotrices, de refino de petróleo, textiles y cemento. El producto interior bruto (PIB) para 2005 fue de 183.193 millones de dólares, con una renta per cápita de 4.727,90 dólares (cifras del Banco Mundial).


AGRICULTURA Y GANADERÍA


Argentina cosecha suficientes productos agrícolas no sólo para satisfacer la demanda interna, sino también para exportar los excedentes. Del total de la superficie del país (unos 280 millones de ha), poco más del 50% se utiliza para el pastoreo y el 10,6% está cultivado; los bosques ocupan un 12,1% del territorio nacional. La Pampa es la principal zona agrícola del país, con una importante producción de trigo y otros cereales. Regiones como Río Negro, Neuquén, Mendoza, San Juan y las provincias del Noroeste son ricas en explotaciones frutícolas y vitivinícolas. En la producción de caña de azúcar destacan Tucumán, Salta y Jujuy.
La producción ganadera es un sector importantísimo en la economía argentina, así como la refrigeración y procesamiento de carne y subproductos. La producción anual supera los 3,4 millones de toneladas. En 2005 el país contaba con 50,8 millones cabezas de ganado vacuno, 12,4 millones de ganado ovino y 1,49 millones de porcino; además, existían unos 3,65 millones de caballos, con gran fama internacional en el mundo de la hípica y del polo.
A pesar del retroceso sufrido durante la década de 1980, la exportación de ganado sigue jugando un importante papel en el comercio internacional. En 1994 los ingresos en concepto de carne y pieles (véase Cuero) ascendieron a 1.700 millones de dólares; las exportaciones de alimentos suponen en torno al 49,6% del total exportado. Desde hace mucho tiempo, Argentina es líder mundial en la exportación de carne cruda, aunque cada vez es más importante la exportación de la carne procesada y envasada.
El país produce y exporta ingentes cantidades de lana. En 2005 se produjeron 60.000 toneladas de lana en bruto. Aproximadamente el 40% de las ovejas se crían en la Patagonia.
El trigo es el cultivo más importante y Argentina se cuenta entre los principales productores mundiales de este cereal. La producción anual es de 16 millones de toneladas; otros cereales destacados son el maíz, la avena y la cebada.
Otros productos agrícolas de importancia son la soja, el sorgo, el lino, el girasol, el algodón, las patatas (papas), el arroz, la yerba mate, el cacahuete (maní) y el tabaco, así como uvas, manzanas y cítricos.


SILVICULTURA Y PESCA


Situadas fundamentalmente en las áreas montañosas distantes de los centros poblados, la mayoría de las 33.021.000 ha de bosque no está muy aprovechada. Las maderas más explotadas son las de álamo y sauce para la producción de celulosa, el quebracho blanco para combustible, el quebracho colorado para el tanino (que se utiliza en el curtido del cuero y piel) y el cedro para la fabricación de mobiliario; otras maderas de aprovechadas son las de la araucaria, el pino y el ciprés. La producción total de madera en 2005 fue de 14,9 millones de m³.
Los caladeros argentinos, potencialmente muy productivos, no se explotan en su totalidad, aunque la productividad se incrementó de forma constante en las décadas de 1960 y 1970. En 2004 las capturas, principalmente de merluza, calamar, langostino y anchoa o boquerón, alcanzaron las 953.260 toneladas.


MINERIA


Aunque el país cuenta con una gran variedad de reservas minerales —sobre todo petróleo, carbón y diversos metales— la minería ha sido relativamente poco importante en la actividad económica. A pesar de ello, en las últimas décadas se ha incrementado significativamente la producción de petróleo y carbón. En términos de valor, el principal producto mineral es el petróleo. En 2004 la producción de petróleo era de 271 millones de barriles anuales, suficiente para cubrir la demanda interna y permitir la exportación. Con este fin se ha construido un oleoducto hacia Chile, a través de la cordillera de los Andes. Se espera que, con las licencias otorgadas para la exploración de nuevas zonas del país y de las áreas marítimas, se incremente significativamente la producción.
El país cuenta también con una importante producción de gas natural (véase Combustible gaseoso), que en 2003 alcanzaba los 41.040 millones de m³. Por otra parte, existe una modesta explotación de oro, plata, cobre, plomo, cinc, hierro, estaño, tungsteno, mica, uranio y piedra caliza. Al amparo de la nueva Ley de Minería, los planes de exploración y explotación se incrementaron a base de cuantiosas inversiones extranjeras que potenciarán el surgimiento de la gran minería.


INDUSTRIA


El grueso de la industria argentina se centra en Buenos Aires. El 24% de la población activa está empleada en las empresas industriales. La industria más importante y antigua del país es el procesamiento y envasado de productos alimenticios, seguida por el sector textil. Otras importantes industrias producen artículos de goma (natural y sintética), cemento, productos químicos, papel, plásticos y derivados del petróleo. La industria siderúrgica (véase Siderurgia) ha alcanzado una gran expansión; en 1994 la producción de hierro primario, acero crudo y laminado llegó —en conjunto— a los 10,4 millones de toneladas. El sector automotriz produjo 408.000 vehículos.


COMERCIOE INTERCAMBIO


Desde 1992 la balanza comercial es desfavorable para Argentina, tendencia que se ha ido corrigiendo en los últimos años. En 2003 las exportaciones totalizaron 29.566 millones de dólares y las importaciones 13.833 millones de dólares. El principal socio comercial, tanto en exportaciones como en importaciones, es la República Federal de Alemania; otros socios importantes son: Brasil, Estados Unidos, Bélgica y Países Bajos. Véase Comercio internacional.
El comercio regional con otros países latinoamericanos se enmarca en la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), a la que pertenece Argentina. En 1994 se exportaron a esta asociación 6.907 millones de dólares y se importaron 6.600 millones de dólares, correspondiendo a Brasil el 52% de las exportaciones y el 65% de las importaciones.
En 1991 se firmó el Tratado de Asunción, por el que quedaba creado el Mercosur (Mercado Común del Sur). Este bloque subregional ha dinamizado notablemente el comercio en esta zona y se encuentra en pleno proceso de integración. En 1995 se fijó el arancel externo común a aplicar en el futuro. En 1994 sus exportaciones al Mercosur alcanzaron el valor de unos 4.800 dólares y sus importaciones unos 5.147 dólares. De este movimiento, el 80% correspondió a Brasil.


TRABAJO


En 2005 la población activa sumaba unos 18,4 millones de trabajadores. La mayoría de los 1.100 sindicatos argentinos están afiliados a la Confederación General del Trabajo (CGT). El derecho de asociación sindical, suspendido en 1976, fue restablecido en 1982. A principios de la década de 1990, el movimiento sindical contaba con unos 3 millones de afiliados; en esa época, los programas de privatización del presidente Carlos Saúl Menem habían provocado la pérdida de varios centenares de miles de puestos de trabajo. En 2003 la tasa de desempleo era del 15,6 por ciento.


GOBIERNO


Según la Constitución de 1853, el gobierno argentino es representativo, republicano y federal. La función ejecutiva es ejercida por el presidente que cuenta con la ayuda del gabinete de ministros. El poder legislativo reside en el Congreso Nacional, de carácter bicameral, formado por el Senado y la Cámara de Diputados. En 1949 se aprobó una nueva Constitución, que fue anulada en 1956. Tras el golpe militar de 1966, se suspendieron todas las garantías constitucionales. Después del golpe militar de 1976 volvió a abolirse la Constitución de 1853, aunque en 1983 fue reinstaurada al volver la democracia.

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